“BAYWATCH: LOS VIGILANTES DE LA PLAYA” (Seth Gordon, 2017)


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  Seth Gordones un director con una filmografía andrajosa. Ladrillos como Como en casa en ningún sitio (2008) o Por la cara (2013) dicen mucho del estilo cinematográfico de un cineasta que abraza la comedia más tontorrona, casposa y cutre. Sólo Cómo acabar con tu jefe (2011) me arrancó un esbozo de sonrisa.  


    Ahora cree que va a inventar la rueda con un reboot de la ya de por sí mediocre serie televisiva Los vigilantes de la playa, un invento infumable que se emitió desde 1989 hasta 2001 y que contaba con David Hasselhoff comandando un reparto del que lo único que recuerdo es el desfile de bellezones en bikini como Pamela Anderson y Carmen Electra, entre otras.

     
   La trama de este zarrapastroso remake la podría escribir mi pene mientras duermo la siesta: Tenemos a un musculoso y voluntarioso socorrista llamado Mitch Buchannon(Dwayne “The Rock” Johnson) que tiene un carácter que choca con el del nuevo y bravucón socorrista Matt Brody (Zac Efron) dos veces campeón olímpico de natación. Sin embargo, su alianza será crucial para destapar una trama delictiva que amenaza la bahía.


    Uno no acaba de comprender cómo pestiños tan indigestos como éste encuentran sitio en las carteleras cuando verdaderas joyas ni siquiera cuentan con una decente distribución. El humor debería ser el mayor atractivo de una bazofia tan repugnante... pero una patada en los huevos puede llegar a tener más gracia. Si la premisa de la serie resultaba absolutamente inverosímil con aquel  bobalicón y heterogéneo grupo de socorristas que en plan grupo especial de operaciones limpiaba de delincuencia la costa, el nefasto Seth Gordon incide en ese aspecto para poner énfasis en el bochorno y  tomarse la cosa, jajaja, más en serio.


     El tetas, culo, polla, parece ser la piedra Rosetta de un guión rebosante de atrofias y sal gorda, convirtiendo la función en un catálogo sexista en donde abundan las imágenes a cámara superlenta  de pibones correteando por la playa como Kelly Rohrbach y primeros planos de las tremendas glándulas mamarias de Alexandra Daddario. Un espectáculo sexista que no me molesta pues amo todo lo políticamente incorrecto. Esto es una cosa, y otra ver a Zac Efron levantar la polla de un tipo muerto… escena que debería formar parte de lo que llamamos Olimpo del cine vomitivo.