CRÍTICA: "MÚLTIPLE" (M. Night Shyamalan, 2016)


Shyamalan recupera sus mejores esencias
MÚLTIPLEêêê
      

    Cuando los hermanos Weinstein (de la productora Miramax) despreciaron su segunda película, Los primeros amigos(1998) dedicándole una distribución horrorosa, M. Night Shyamalan se vengó creando uno de los más grandes éxitos de la historia del cine, El sexto sentido (1999), film que también escribió y que ha acabado convirtiéndose en uno de los grandes hitos cinematográficos tanto a nivel crítico como de taquilla que dejó a los Weinstein brothers con su clavel como unos gilipollas. Es cierto que tras firmar la que es para este cronista su mejor película, El protegido (2000) y la entretenida Señales(2002) entró en una etapa de decadencia artística (como cuando el marinero pierde la gracia del mar) hasta que en la reciente La visita (2015) pudimos observar algunos halos de luz a través del túnel.

      
    Y es que este tipo, que sabe filmar tan bien, sólo necesita tomarse en serio su faceta como guionista para resurgir de las humeantes cenizas sin que se extinga el fuego del ingenio. Múltiplees su mejor película desde El protegido, y es hora de reconocer que nunca se puede matar a un artista (mucho menos cuando tiene 46 años) que ha demostrado tanto derroche de talento. De nuevo con un poderoso y atractivo libreto propio, Shyamalan nos cuenta la escalofriante historia de Kevin (James McAvoy) que ha demostrado a su psiquiatra, la Dra. Fletcher(Betty Buckley) que posee 23 personalidades. Pero aún queda una por emerger, decidida a dominar a todas las demás. Obligado a raptar a tres chicas adolescentes encabezadas por la avispada y observadora Casey (Anya Taylor-Joy), Kevin lucha por sobrevivir contra todas las personalidades y la gente que le rodea, a medida que su estructura mental se derrumba.

     
  Coincido con críticos y aficionados en que Airbender, el último guerrero y After Earth son puro material de deshechos, y que El bosque, La joven del agua y El incidente resultan insuficientes para un talento como el de Shyamalan, pero sin llegar a la altura de El sexto sentido y El protegido, Múltiple despliega las exquisitas esencias que impregnaron nuestros sentidos durante (y tras) el visionado de esas dos magníficas cintas
   

    El arranque del film en el parking es un prodigio de síntesis, planificación y montaje al alcance de muy pocos; una secuencia que debería ser estudiada en las escuelas de cine por su escueta composición, su eficacia e insobornable estilo. El secuestro de tres adolescentes por parte de un psicópata que sufre Trastorno de Identidad Asociativa y del que brotan incesantemente 23 personalidades distintas, le sirve al realizador para navegar por el abrupto oleaje de almas con la existencia quebrada desde su infancia, y de un ser cuya mente escindida hace imprevisible y amenazante su presencia. 

      
    James McAvoy  nos regala una interpretación sostenida y memorable que sabe equilibrar en el punto exacto para que su inmanente presencia resulte siempre inquietante y casi siempre terrorífica. El actor escocés despliega sus mejores recursos en los diferentes registros que se ve obligado a interpretar debido a las diferentes personalidades de la moderada Patricia, el inocente Hedwig y el adusto Dennis, refugios identitarios entre los que se abrirá paso la oculta, latente y temida Bestia. Tal vez el juego resulte a veces reiterativo y estéril el empeño de la psiquiatra por desentrañar la maraña cerebral de Kevin, que advierte en Casey (una correcta Anya Taylor-Joy) un vínculo especial porque viaja con una espeluznante herida que el tiempo no ha podido restañar. 


   Fluctuando entre el drama desgarrador, el terror y el thriller psicológico, Múltiplese impone como un proceloso viaje a los más recónditos pasadizos de una mente laberíntica y fracturada, en donde anida la más letal y poderosa de las criaturas. Con una atmósfera turbadora y momentos de tensión claustrofóbica, Shyamalan finalmente cierra el círculo invisible que une a dos espíritus atormentados.